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lunes, 12 de mayo de 2014

Por La France con la cardelina: Burdeos

Hace pocos días que hemos vuelto de unas vacaciones merecidisimas. Decidimos pasar cinco días en Burdeos con parada técnica en Jaca, a la ida para descansar y a la vuelta para pasar las fiestas.
La idea era utilizar Burdeos como "base" y desde allí conocer un poco Las Landas y Aquitania, sin dejar de visitar la ciudad claro. Con una niña de dos años y siendo la primera vez que salíamos de España con ella, se nos planteaban algunas dudas pero la cercanía a Jaca, cuatro horas de coche, nos dió más tranquilidad.
Esos cinco días por Francia me dan para varios post, pero aquí sólo voy a hablar de Burdeos, que me ha parecido un París en pequeño.



Burdeos tiene la estética arquitectónica de París, casas de piedra con cubiertas de pizarra y tejados abuhardillados, grandes ventanales que te dejan imaginar una vida elegante y chic de sus inquilinos y grandes avenidas sin el caos circulatorio de París, pero con muchas, muchas bicicletas y un tranvía que nunca cogimos. ¿Y las terrazas?, terrazas de cafés que se llenan de personas aunque llueva, que aquí la gente hace vida fuera de sus apartamentos elegantes y chic.



La ciudad tiene plazas enormes como La Place de La Bourse, donde está el espejo del agua, una fuente con surtidores que cuando dejan de funcionar convierten la explanada en un enorme espejo que puedes 
atravesar, La Place de la Comedia con el edificio de la ópera a un lado y el gran hotel de Burdeos al otro. O la Esplanade des Quinonces donde se encuentra el monumento a los girondins, enorme.
El Pont de Pierre, la única construcción de la ciudad que he visto de ladrillo, cruza el río Garona, a lo largo de sus 17 ojos.
Si quieres ir de compras, en Burdeos tienen su triángulo de oro entre cours Georges Clemeceau, Allees de Tourny y Cours de I'Intendance, con tiendas de marcas exclusivas y la calle peatonal y comercial más larga de Europa, la rue Sainte Catherine. A mi me encantaron unas tiendecitas que había en la rue Des Remparts, en alguna de ellas no nos pudimos resistir y compramos cosas para la cardelina.



Para comer o cenar hay un montón de creperias, brasseries o pequeños locales donde aprender la anatomía del pato. Te vas a hartar de comer pato. Yo recuerdo dos locales El Bistro d'Edouard en la Place du Parlement, con carta en español y L'entrecot, en course de 30 juillet, aquí siempre hay colas y largas. El último día que estuvimos en Burdeos llovió, pasamos por aquí y como no había cola decidimos entrar. La camarera nos sentó y nos hizo dos preguntas, el punto de la carne y la bebida. Resulta que la comida es para todos la mismo, ensalada, entrecot de buey con salsa y patatas fritas. Para beber, en cualquier restaurante, agua del grifo, que es lo que bebe todo el mundo y que en fino se dice a garraf d 'eau.
A la cardelina los restaurantes franceses le ha encantado,en todos había salero y pimentero en las mesas, que para ella debía ser algo maravilloso porque se los metía en el bolsillo.
Y si quieres algo dulce tienes que probar los macarons y los canelles.





Lo que más nos ha gustado, debe ser por nuestra naturaleza simple, es el espejo del agua, hemos pasado ratos allí jugando, ni parques ni caballitos.


También merece la pena ver Burdeos de noche, la ciudad parece de otra época con sus luces doradas, sin apenas gente, la ciudad para nosotros tres solos, bueno, nosotros tres y el salero y el pimentero que se metió la cardelina en el bolsillo.



Eva.

4 comentarios:

  1. Me encanta leerte, nos lo haces vivir como si estuvieramos in situ. Las fotos fantásticas y el espejo ese ya me lo apunto yo para uno de mis viajes ¡con lo que me gustan las fotos de agua!!.Gracias por compartir, ahhh y me comeré unos cuántos macarons, si o si.

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    1. A mi me encantaría a acompañarte a uno de esos viajes por aquí cerquita. Un beso enrome Zoa.

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  2. Que ganas me han entrado de viajar con mi peque!!!! a ver si se hace un pelín mayor y me animo. Besitos.

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    1. A mi me parece un viaje muy recomendable para ir con niños. Un beso.

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