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jueves, 13 de marzo de 2014

Amores por tierra de campos.

Lo primero que se me pasó por la cabeza cuando estos chicos dijeron que se casaban fué: ¿fotos?, yo, yo, me las pido.
Me encanta la fotografía y en cuanto puedo engaño a alguien para practicar o, hago fotos a objetos. Pero fotografiar a alguien con quien tienes confianza es mejor, porque los puedes marear sin ningún pudor.
Así que una tarde, allá por octubre, nos fuimos a recorrer la provincia y en tierra de campos encontramos unos prados que nos parecieron ideales para los fotos.
Hacia un frío de tres pares de narices y una manta que había en el coche nos vino al pelo.
Casi al final de la sesión empezó a llover pero, por eso de la confianza, estos dos aguantaron hasta que tuvieron moquillo.
Este es el resultado de esa tarde de octubre de frío y lluvia. Una de estas fotos forma parte de su invitación de boda, ¿adivináis cual?, otro día os lo cuento.








Eva.

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