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jueves, 20 de febrero de 2014

Angel food cake o una serie de catastroficas desdichas.

En este post no vas a encontrar una receta, vas a encontrar como  NO hacer una receta. Lo que NO debes hacer si quieres que un bizcocho te quede como debe.
Yo pensé que llegando la cardelina a los dos años nos podríamos meter en harina, nunca mejor dicho, y hacer juntas un bizcocho. Me creí eso a pies juntillas y busqué un bizcocho en honor al superhéroe para celebrar San Valentín.

El elegido, Angel Food cake. Receta del Rincón de Bea.
He de reconocer que las premisas iniciales me la trajeron al pairo.
1.  Un molde especial: no voy a comprar un molde para hacer un bizcocho, si se dá bien, me lo pensaré.
2.  Claras pasteurizadas: me sale más barato una docena de huevos, ya separaré las claras.
3. No te rodees de niños de 2 años, en este caso una pequeña talibán de 18 meses: no, que seguro que nos divertimos. Esta se me ocurrió a mi sobre la marcha.

Resultado final.
Aprovechando que el superhéroe se ha ido a una reunión importante, quedaros con ese dato, nos hemos puesto a la tarea.
Separar las claras de las yemas se nos dió bastante bien. Mientras yo montaba las claras, la cardelina decidió que haría lo propio con las yemas. Y yo pensé, bueno, porque eche un poco de azúcar y las bata tampoco pasa nada. ¡Error! ¡Error!. Ella decidió echar sal. Y a partir de ahí ya fue el despiporre, echó agua, azúcar y todo lo que tenía a mano. ¿Y qué hacia la madre mientras?, montaba 12 claras, que resulta que no las puedes montar en un recipiente de plástico. Yo las empezé a montar en una ensaladera y a mitad de tarea, cuando vi que eso cogía vida propia las tuve que acabar de montar en la olla exprés. ¿Quien narices tiene en casa un recipiente, que no sea de plástico, para montar 12 claras. ¡Qué cubos tenemos todos, oiga!.
Vale, mezcla realizada, igual que la cardelina. Siguiente paso, volcar en el molde, tiene que ser uno especial con patitas. Yo le pido uno, parecido, sin patitas a mi madre.
Según vuelco las claras en el molde, la cardelina hace lo propio con las yemas por la encimera.
Dioooooooos, claras al horno rápidamente y a limpiar la cocina cagándome en el inventor del Ángel food cake.
A mitad de limpieza, la cardelina: ¡mama, mama! mira.
Y yo : que graciosa, te voy a hacer una foto.
Se había metido en el hueco que hay entre el asiento y el respaldo de la silla.
Las risas del principio pasaron a la histeria de la niña cuando vió que se había quedado atascada y luego a súper histeria de la madre que se vió incapaz de sacarla. Como el superhéroe estaba en una reunión importante, no había manera de localizarle y yo, ya me veía llamando al 112 y explicando la situación, programas de bebés chinos cabezones pasaban por mi cabeza cuando se me ocurrió quitarle el pañal. Y así, poquito a poco y sin dejar de chillar una, y tratando de calmar la otra (no digo quien hacia que), conseguí sacarla.
Después de esto el bizcocho ya estaba hecho y había que sacarlo a enfriar, ¿cómo? Volviendo el molde del revés apoyado en sus patitas, que para algo las tiene.
Cooooooooorriendo a colocar unos vasos para apoyar el molde de mi madre.


Una vez enfriado probamos el bizcocho y, a pesar de todo, quedó riquísimo, no quiero pensar como hubiera quedado si hubiese hecho la receta al pie de la letra. La pinta me parece buenísima y es superligero. Aquí está la receta.


Como conclusiones: haz caso a las premisas previas de la receta, yo haré caso a todas menos a una, seguiré cocinando con mi peque porque a pesar de todo me parece muy divertido, eso si, guardando las sillas en la despensa.

Eva.

Pd: sólo hay una foto del proceso, con el móvil claro, con la cámara hubiera sido la repera. Si quieres verla, métete en el Facebook de la página, arriba a la izquierda,

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