La cardelina y la alegria de la huerta: Gritando el himno.

Soy jacetana de nacimiento y zamorana de adopción, lo bueno que tiene eso es que me puedo quedar con lo mejor de los dos sitios. Por ejemplo, me quedo con los Pirineos y con el lago de Sanabria, con unos rodolfitos en la Tasca de Ana en Jaca y los tiberios y las bravas de Zamora, mención aparte, las delicias del Benito y sin duda alguna me quedo con la Semana Santa de Zamora, ¿pero fiesta?, como fiesta no hay otra como la del Primer Viernes de Mayo de Jaca.

Recuerdo cuando la señá María, mi madre, nos despertaba a mi hermana y a mi, casi acabando de amanecer, para decirnos que ya estaba allí la escuadra de artesanos para hacer la primera descarga. Con la lagaña pegada en el ojo corríamos a la ventana y esperábamos el disparo con los oídos tapados y la boca abierta, así no te estallaban los oídos (leyenda urbana). A partir de ese momento todo eran carreras, desayuno, limpieza de lagaña y a ponerte el traje de baturra, que por entonces participaban en el desfile. Tirones de pelo para hacerte el moño bien tirante y esas horquillas que se te clavaban en la cabeza. Y así, salíamos a desfilar por las calles de Jaca, deprisa, porque aquí se desfila deprisa casi corriendo. Dos veces pasábamos por delante del ayuntamiento y a la segunda ya te quedabas allí para vivir el momento más grande de la fiesta, el himno. Entonces esperabas los primeros sones y levantabas los brazos y no cantabas el himno, lo gritabas, que vean todos que me lo sé. En el estribillo saltabas hasta que el moño, el que había hecho la señá María casi de madrugada, tirando bien del pelo, caía y perdías todas las horquillas.

Por suerte estos recuerdos los puedo volver a vivir, este Primer Viernes de Mayo estaré allí, no me vestiré de baturra pero la Cardelina se vestirá de artesana y desfilará. No tiene pelo para

hacer un moño, así que las horquillas no las perderá.

Ya estoy aclarando la voz para gritar el himno de Jaca y que todos vean que me lo sé.